Fantástica Historia: Sugar Daddy Por Partida Doble – sharing_sugar

Regresa

By: Valeria Sugar abril 8, 2020

Fantástica Historia: Sugar Daddy Por Partida Doble

Hay compañeros de vida que no esperas encontrar, y cuando sucede, es maravilloso. En mi experiencia sugar baby estoy acompañada por mi alma gemela, hasta el momento nos está funcionando de maravilla.

Estar libre de prejuicios es difícil es como ser una en un millón, me refiero a realmente serlo, porque muchas personas solo por sonar “cool” dicen ser open mind y no juzgar a los demás por sus ideas y al menor acto de rebeldía o autenticidad son los primeros en persignarse y criticar.

Siempre he sido una chica muy liberal, fui criada por dos personas super fuera de lo habitual, mis padres son rockeros y crecí con la mente de chica ruda, el hedonismo es una pieza clave de mi día a día. 

Tengo planes para mi vida, y creo que sobre la marcha he caminado en la dirección correcta, trato de siempre lograr las metas que me propongo, y no he sido de noviazgos nunca, hasta hace un año que conocí a la persona más especial.

Tengo 24 años actualmente y vivo con una chica desde hace 6 meses, pero tenemos 1 año conociéndonos. Soy bisexual, no podría decir que me gustan solo las mujeres o solo los hombres, yo me enamoro de la persona, no importando su sexo. Soy una romántica empedernida, por dentro es mi naturaleza, aunque por fuera parezco la mujer más fría.

Nos conocimos en un festival de rock, hace un año. Debido a la bella casualidad de nuestro encuentro, he llegado a pensar que el destino conspira a tu favor cuando menos lo esperas. “Siempre hay un roto para un descocido”.

Estábamos haciendo fila para entrar al baño, y como es de esperar en esos eventos, se trataba de una fila interminable. Durante la espera no puedes evitar interactuar con las personas, sobre todo cuando estas cerca de personas que piensan como tú y viven la música de igual manera. Es como una gran hermandad.

Detrás mío estaba ella, mi hermosa y adorable Elena, se encontraba checando su teléfono cuando sonó una canción que me gusta mucho, Kashmir de Led Zepellin. No pude evitar comentarle: -órale, buena canción”. Y ella solo me sonrió, no dio pie a una charla, y ese primer encuentro se redujo a un simple gesto amable. 

No pasó a más.  Tres vasos más de cerveza más tarde necesitaba nuevamente hacer pipí y valga la casualidad. Como de película, Elena estaba exactamente en la misma posición de la vez anterior, detrás mío. Y no pudimos evitar saludarnos, pero en esta ocasión hubo un poco más de interacción. 

Era tan agradable su voz y su charla que olvidé las ganas de orinar, por un espacio de varios minutos. Compartimos cierta información musical, y nos encontramos con la sorpresa de que teníamos mucho en común en gustos de bandas y canciones de rock.

Nos despedimos cuando era mi turno de orinar; al salir del baño no la vi y supuse que ya se había ido, pero de repente mi vista se topó con esa imagen de ella, esperándome más delante del baño, un poco lejos del hediondo aroma de ese baño público que estaba a reventar de gente. 

Me dio alegría verla después de unos minutos, sentí un click inmediatamente cuando tuvimos el segundo encuentro, desde que me compartió sus gustos e ideales me pareció el tipo de persona que me gusta para compartir mi tiempo.

De momento pensé que podíamos ser buenas amigas ya que ambas vivíamos en la misma ciudad, y ya era un hecho que saldríamos de paseo y esas cosas de amigas, pero de repente el giro de la coquetería salió a relucir. Ella dio el primer paso. 

Yo por supuesto no puse resistencia, ella es muy bella físicamente y con esa mentecita que tiene es mucho mejor. Así que fuimos rápido a la acción, fue de locos porque entramos a un baño las dos, no de modo discreto pues había mucha gente, pero eso no importó, y nos besamos muy apasionadamente. En realidad, no llegamos a más, tampoco somos tan aventadas, salimos a los pocos minutos.

Volvimos al evento juntas y continuamos disfrutando de esa noche tan energizada al ritmo de nuestra música. Terminando el concierto nos fuimos a mi departamento, tuvimos sexo alocado y luego una larga plática de pijamada. Definitivamente habíamos hecho click mutuamente.

Se quedó a dormir y a la mañana siguiente fuimos a desayunar juntas a un lugar cerca. Parecíamos amigas entrañables, fue como si nos conociéramos desde hacía mucho tiempo atrás. 

Llegada la hora de despedirnos nos compartimos la información necesaria para mantener contacto y no perdernos la pista. Ambas éramos solteras y teníamos la libertad de hacer posibles más de estos encuentros.

Elena vivía con sus padres, era una niña de casa, bien portada y no salía tan frecuentemente, pero conmigo se le hizo fácil salir cada fin de semana, sus padres al notar ese cambio no aprobaron mi amistad del todo, pensaban que yo era mala influencia para ella.

Se hizo religión encontrarnos cada viernes y pasar juntas todo el fin de semana, ella regresaba con sus padres el domingo por la noche, para ir a la universidad. Yo estudio la universidad en sistema abierto, y trabajo como FreeLancer, desde el punto de vista de muchos soy una holgazana. Pero me ha ido bien de este modo.

Pasados seis meses de tantas aventuras esporádicas, nos animamos a vivir juntas de modo definitivo, y no solamente los fines de semana. Ahora sus padres sí me aprecian, ¿debería decir mis suegros? 

Al inicio yo la mantenía a ella, pero ella insistía en apoyarme con los gastos, así que encontró un trabajo de medio tiempo cerca de la casa, y terminó por cambiarse a sistema abierto como yo. De ese modo podía hacer horas extra y apoyar con más ingresos. Desde el principio de nuestra unión nos hemos sabido organizar para hacer de esta relación muy equitativa. 

Mi Chica Se Convierte En Sugar Baby

En las tardes nos compartíamos las anécdotas del día, y en una de esas charlas me comentó que un cliente de la cafetería le propuso ser su Sugar baby, es un término que no desconozco, porque anteriormente ya he vivido esa experiencia y cuando ella me contó eso, me causó gracia, y le dije sin pensarlo: “hazlo”. 

Ella se sorprendió porque fue una respuesta que no esperaba de mí, pero como había dicho ya anteriormente, soy una persona de mente abierta, los estereotipos de relaciones amorosas me van y me vienen, no es un aspecto que me quita el sueño.

Me preguntó si lo decía en serio y le dije que sí, que yo había hecho eso antes y que es una experiencia agradable, no tienes que lidiar con la persona todos los días aparte nuestro tipo de relación nos permite poder estar con un hombre sin sentir nada por él. No es meramente una infidelidad.

Al menos así lo veo yo. Lo pensó dos minutos y se levantó del sofá, la noté un poco molesta por el comentario que le hice, y creo que ella esperaba que yo le demostrará mi amor por ella con celos absurdos de niña de secundaria.

Ella solía creer en los cuentos de princesas, y tenía una idea errada del amor, pero trascendió esas fantasías arraigadas de la sociedad y supo aprender rápido de mi mente loca, y a los pocos días me volvió a tocar el tema.

Me dijo que nuevamente el señor adinerado volvió a mencionarle sobre la propuesta, pero esta vez, ella aceptó, y le pedí más detalles del acuerdo, cómo llevarían esa “relación azucarada”

Entre ella y yo también acordamos ciertas reglas, de lo que estaría permitido y lo que no, porque finalmente, aunque yo sea una persona liberal, también hay ciertos aspectos como la intimidad que me gusta cuidar, básicamente le dije que siempre usara condón en caso de que tuviera sexo con él.

Frecuentaba a su sugar daddy dos veces por semana, entre semana, porque dentro de nuestras reglas establecimos que el fin de semana sería para nosotras.

Curiosamente, Ahora Es Sugar Daddy De Ambas. Te Contaré Cómo Sucedió. 

Llevamos apenas 3 meses con él, al principio estuvo 1 mes con ella, viéndose dos veces por semana, y le daba $5,000 pesos semanales por esos encuentros, era un ingreso extra que nos venía bien a las dos. 

En una de sus salidas con él le contó sobre mí, que nosotras somos pareja y vivimos juntas desde hace unos meses, que no había problema por mí, yo sabía de la situación y no tenía necesidad de ocultarse.

Pues el señor resultó muy pillo, ya que se le ocurrió la grandiosa idea de hacer un trio con nosotras, lo que no me sorprende, creo que todos los hombres tienen esa fantasía. 

Mi Elena me dijo sobre la propuesta “indecorosa” y acepté, me pareció que podría ser hasta divertido. Lo dejamos para el siguiente fin de semana de haberlo platicado, llegaríamos a su casa juntas y vestidas con minifalda y zapatillas altas, era muy detallado en su fantasía.

Cuando llegamos nos esperaba este señor con velas y cena romántica, en su lujoso departamento con vista al mar, el ambiente era muy agradable desde que llegamos a la puerta del lugar. Y me pareció un buen gesto de su parte el recibirnos de esa manera. 

Nos ofreció una copa de Champagne y conversamos por un rato durante la cena, yo no me sentí nerviosa o incómoda en ningún momento, por el contrario, me sentí muy bien con nuestro acompañante y anfitrión.

No fuimos directamente a la acción, primero platicamos muy amenamente y pasamos un rato en el balcón, dejando que la brisa del mar nos acariciara suavemente y jugara con nuestros cabellos.

No pude evitar besar apasionadamente a mi chica con todo ese ambiente romántico y olvidé por un momento que teníamos compañía masculina al lado.

Cuando hice esto creo que fue un buen comienzo para lo que venía después, y el señor como por arte de magia se volvió un fierecillo. Nos pidió acompañarlo a su habitación, donde, por cierto, había más velas y pétalos de rosa, muy buena entrada, creo que todas las mujeres disfrutamos de estos detalles. 

El preámbulo fue justo el indicado desde el primer minuto de interacción de los tres juntos. Hicimos un trío de lo más apasionado, realmente me gustó mucho, ambas lo disfrutamos, y nos gustó el trato que nos dio.

El más contento de los tres fue él, supongo. No creo que sea fácil cumplir este tipo de fantasías a menudo.

Nos dio la misma cantidad de dinero a las dos, 10,000 pesos en sobres separados, por haber hecho realidad su fantasía. No pude evitar sentirme tan extasiada por recibir esa cantidad de dinero por básicamente haber vivido una aventura sexual con mi chica, fue muy grato, en serio.

Llegando a casa estábamos tan emocionadas las dos por haber hecho esto y volvimos a tener otro encuentro sexual en nuestra propia intimidad sin acompañantes, es como si esta situación hiciera resurgir nuestro deseo mutuo y nos hiciera mejores amantes.

Ahora entiendo cuando dicen que las parejas swingers buscan animar la relación, darle un toque especial, para mantener viva la llama de la pasión, puedo decir que es muy cierto.

Tenemos 3 meses como sugar baby, siendo cómplices con esta persona complaciente y además generoso con el dinero. Ambas nos hemos visto beneficiadas, y para fortuna de las dos, ambas somos físicamente muy atractivas, ¿es posible que nos volvernos profesionales en esto?

Me atrevo a compartir nuestra aventura porque el anonimato me lo permite, aparte me gustaría que nuestra experiencia le sirva positivamente a alguien. Muchas veces nos privamos de las delicias de la vida y de las buenas aventuras solo por los limitantes estereotipos.

El hecho de amar a una persona no tiene que ser motivo de la mojigatez. Es posible disfrutar con tu pareja y qué mejor que obtener un beneficio mayor de todo eso. 

Seguimos conservando nuestros trabajos porque necesitamos todo el dinero posible ya que estamos planeando un proyecto juntas, un negocio de las dos, porque no sabemos cuánto tiempo tendremos a esta persona apoyándonos así.

Pensamos abrir una sex shop muy pronto, creemos que encajamos perfecto en el perfil de dueñas de una sex shop. Tenemos mucho qué compartir en este sentido y somos dos jóvenes emprendedoras. 

Estamos muy contentas en nuestra relación (aderezada con el tema de ser sugar baby) cada vez crece más el amor entre las dos y la amistad por supuesto. Somos cómplices de todo y realmente no veo mi vida sin ella.

Resulta un poco bizarro el hecho de que compartir al mismo sugar daddy nos esté impulsando a alcanzar más rápidamente en nuestros planes. Si me lo preguntas, ser sugar baby puede representar la oportunidad de tu vida, siempre y cuando te lo propongas así.

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