Conocí a Nick hace 5 meses y hasta ahora puedo decir que me encanta la experiencia Sugar Baby. Mi nombre es Ela y tengo 28 años. No tengo una vida extravagante, en realidad me considero una chica bastante normal. Me gusta concentrarme en mis planes profesionales, pero también me gusta divertirme de vez en cuando. Añadir un poco de emoción a la vida cotidiana siempre puede traer buenos resultados.
Si hace un año me hubieran dicho que tendría un Sugar Daddy, jamás lo hubiera creído. Es más, yo ni siquiera sabía que existían plataformas especiales para encontrar al hombre indicado. Pero la vida da muchas vueltas y nunca hay que decir nunca.
Un buen día vi un reportaje sobre las relaciones entre Sugar Daddies y Sugar Babies, me pareció gracioso y un poco extraño en el reportaje aparecían tres parejas cada una tenía acuerdos distintos, pero lo que realmente captó mi atención es que todas llevaban una vida de lo más normal. Todos tenían trabajos y profesiones normales eran gente común y corriente gente como yo, o bien, gente como la que yo conocía. Así que el tabú se esfumó y todo el concepto resultó ser muy interesante para mí. Definitivamente despertó mi curiosidad.
Decidí crear un perfil para encontrar a mi Sugar Daddy perfecto. Hallé una plataforma que me convenció, hice un perfil, elegí algunas de mis mejores fotos y me describí lo mejor que pude no sabía si iba a resultar, aún estaba muy escéptica, pero al menos me estaba divirtiendo en el intento había muchísimos perfiles, hombres de todo tipo y con intereses muy diversos.
Como ya dije, soy una chica con una vida bastante tranquila. Me encanta hacer ejercicio, leer, ir al cine, cocinar, y salir de vez en cuando. Así que mi Sugar Daddy ideal debía de ser alguien con quien pudiera compartir mis hobbies, además de otras cosas más íntimas. Para mí, la química era indispensable. No estaba dispuesta a salir con cualquier hombre solamente por un buen arreglo económico. Deseaba algo real y sobre todo muy honesto al final de cuentas, un buen acuerdo se basa en la confianza.
Pasaron muchos días, tal vez un mes o más aún no encontraba nada que me convenciera había charlado con varios hombres, pero sentía que no teníamos cosas en común algunos otros solamente querían encuentros sexuales. Yo buscaba un buen arreglo sin los compromisos de una relación, pero con los beneficios de un Sugar Daddy, una relación ganar-ganar. Todo claro y sin dramas.
De pronto hallé un perfil que de inmediato llamó mi atención Nick 40 años amante del café, la gastronomía y la literatura piel blanca, cabello negro, barba perfecta y un sombrero panameño muy elegante. Nick era todo mi tipo y con sus fotos y descripción, instantáneamente supe que con él podía tener mucho en común. Comenzamos a intercambiar mensajes me dijo que estaba buscando a alguien con quien salir a cenar, beber una copa, platicar y por supuesto tener encuentros íntimos, por mi parte, yo también estaba buscando lo mismo.
El perfil de Nick decía que le encantaban los cócteles, así que en menos de tres días ya nos encontrábamos en un famoso bar de mixología en la Colonia Roma. Recuerdo que minutos antes de nuestro encuentro yo estaba muy nerviosa. Sin embargo, la noche transcurrió de forma muy natural. Nick era muy simpático y un gran conversador charlamos de muchas cosas, de su vida, de la mía, me contó que era de Chicago, pero que por su trabajo venía cada mes a la Ciudad de México la pasamos muy bien esa noche y aunque la cita solamente era para conocernos, me sentí muy cómoda para acompañarlo a su departamento. Nuestro acuerdo acababa de ser inaugurado y Nick en todo momento se comportó como un caballero.
Estaba consciente de que podría obtener un mayor beneficio económico con otro candidato, pero yo buscaba alguien que realmente me gustara y Nick realmente me conquistó.
Nuestra siguiente cita fue solamente cuatro días después de nuestro primer encuentro la pasamos aún mejor, nos encontramos en el sur de la ciudad para cenar y después vimos una película en su departamento. Por supuesto las cosas subieron un poco de tono y la pasamos excelente, realmente tenemos mucha química dentro y fuera del dormitorio.
Hasta ahora nuestro acuerdo por cita funciona, (como sacarle dinero a un sugar daddy), de maravilla nos vemos aproximadamente tres o cuatro veces al mes y estamos en contacto por Whatsapp continuamente. Aunque eso no es parte del acuerdo, realmente nos apetece saber el uno del otro con el paso del tiempo él conoce más de mi vida y yo de la suya, pero no tenemos ningún compromiso ni exclusividad.
Realmente creo que lo que hace que nuestro arreglo funcione tan bien es la química que realmente existe entre los dos, y sobre todo la claridad de lo que estamos dispuestos a dar y lo que queremos recibir. Nos entusiasma disfrutar el tiempo juntos y a pesar de que ambos estamos conscientes de que nuestra relación no es convencional, sabemos que es honesta y verdadera. La química entre nosotros es muy fuerte, y nuestro arreglo económico sirve para mantener un poco de distancia.
Definitivamente esta experiencia me ha servido mucho para apreciar la honestidad, es increíble cuando dejas de esperar cosas de alguien y te concentras solamente en disfrutar los momentos que forman parte del acuerdo. Si el arreglo está basado en química real, los detalles y regalos llegan de forma natural. Todos los acuerdos son diferentes, pero mientras te dejes consentir y te esmeres en consentir a tu Sugar Daddy, la experiencia siempre te sorprenderá.