Mi nombre es Marina tengo 40 años y soy una Sugar Baby, aunque cuando yo inicié este tipo de relación no había oído hablar antes del término “Sugar Daddy” ni tampoco del término de “Sugar Baby” esto quizás porque hace 15 años no era un tema tan popular como lo es hoy en día, pero antes que nada te diré un poco más sobre mi historia de vida y cómo fue que me convertí en sugar baby yo radico en Ciudad de México hace ya 20 años y desde mi llegada a este lugar siempre fue emocionante; siempre se ha tratado de una sorpresa tras otra.
Cuando llegué aquí no planeaba quedarme a vivir definitivamente en Cuidad de México, pero, me sentí flechada al instante de la vida aquí, la facilidad de conseguir todo alrededor, las variadas oportunidades de salir adelante, de trabajar y estudiar al mismo tiempo, etcétera y ese ambiente de fiesta que se respira todo el tiempo, en fin, me enamoré de esta ciudad rápido.
Yo soy madre de 2 chicos, (en aquel entonces mis hijos tenían 4 y 5 años), cabe recalcar que fui madre muy joven y soltera para colmo, mi intención al llegar aquí era una sola: sacar adelante a mis dos hijos y afortunadamente lo conseguí, pero esa es otra historia.
Cuando me busqué un empleo recuerdo que era de mesera en un restaurante familiar, todo bien de momento, te diré que no ganaba los millones pero para iniciar, por mí estaba bien. Compartía renta con una amiga muy querida, por cierto, dicha amiga fue quien me animó a probar suerte fuera de mi ciudad natal, (Villahermosa, Tabasco), mi amiga ya vivía aquí hacía unos años antes, de tal manera que al llegar, yo tenía a quién me recibiera con los brazos abiertos, junto con mis pequeños.
No negaré que al inicio echaba de menos mi lugar de orígen, pero pronto me sentía ya, “como pez en el agua”. Eran menos recurrentes las ideas de querer regresar y más frecuentes los sentimientos de pertenencia. Cuando pude independizarme creía que ya lo tenía todo resuelto, pero me equivoqué.
Si bien compartir la renta con mi amiga y gastos era más fácil, no cabe duda de ello, pero ya estando aparte yo con mis hijos, en una casa solo para nosotros tres me resultó muy complicado en el aspecto económico, mi empleo “decente” ya no era suficiente para cubrir todos los gastos, así que opté por entrar a trabajar en el mundo de la “vida nocturna”
Me volví dama de compañía, también conocida como escort. Me gustaría decirte que fue mi peor experiencia en la vida pero en realidad no fue así, ya que no tuve jamás un momento desagradable, siempre los hombres fueron amables conmigo y muchos de ellos acostumbra a dejar propina y/o llevar obsequios para las chicas. Se suponía que el servicio principal de este ámbito era “Experiencia de novios”, mejor conocido por sus siglas en inglés como: GFE, (Girlfriend Experience).
Nunca olvidaré mi primer cita de estas, recuerdo perfectamente lo nerviosa que me sentía, tenía miedo que algo malo me pasara, solo pensaba en mis hijos, Cuando llegó el cliente, recibí el número de habitación del hotel, y fui al lugar, toqué la puerta, al abrir me recibió una agradable sonrisa, un hombre americano muy amable, así fue cliente tras cliente, todos amables.
Llegué a hacer máximo 2 citas por día y era un dinero extra que no me venía nada mal, aparte de tener mi empleo como mesera; lo otro lo hacía en mis ratos libres únicamente, los fines de semana, también trataba de pasar tiempo con mis pequeños, todo se iba acomodando poco a poco.
Llegó un momento que me di cuenta que no era necesario ya mi empleo de mesera, pues ganaba mucho más dinero como dama de compañía. Así pasaba más tiempo con mis hijos y solo iba por ratos a hacer las citas, tenía una niñera muy confiable y eso me daba mucha tranquilidad cuando tenía que salir de casa.
Duré alrededor de 5 años haciendo esto durante ese periodo de no tuve ninguna pareja sentimental, todo era profesional, según mi meta era hacer eso solamente 1 o 2 años, pero las circunstancias no se acomodaban del todo y tuve que durar más tiempo así. Comenzaba a preocuparme por mi futuro, más que nunca. De repente llegó el protagonista de mi historia de hoy, “Tony”. Fue un cliente inolvidable, ya que sigue presente hasta mis días hoy por hoy.
Tony es un señor pensionado, es de origen asiático, a pesar de todos estos años, considero que de su vida privada, conozco muy pero muy poco. Cuando nos conocimos todo fluyó muy natural. Lo vi una vez, luego otra, y otra y otra; supuse que le gusté mucho como para hacerlo venir frecuentemente y de entre tantas opciones, él optará por verme cada semana. Fuimos conociéndonos en cada encuentro.
Me sentía muy halagada y genial a su lado, en esas pocas horas que pasábamos juntos, había ocasiones que no teníamos sexo y solo era platicar o salir de paseo, eso sí, siempre pagaba mi tiempo. Siempre me gustó que él respetara eso, que tenía muy claro que el dinero era para mis hijos, que no estaba yo ahí por diversión.
A los 6 meses de vernos cada semana una o dos horas, él me planteó la idea de salirme de lleno de este trabajo, yo inmediatamente le dije que no era opción para mí, que yo tengo la responsabilidad de cuidar de mis hijos, de darles todo para que nada les faltase, que yo no hacía esto por gusto, sí, la pasaba muy bien en la mayoría de las ocasiones, pero era mi mejor opción para obtener dinero y pasar la mayoría del tiempo con mis hijos, que yo no podía darme el lujo de enamorarme y dejar de lado mi realidad.
Creo que me exalté muy rápido, casi que no lo dejé exponerme su plan por completo, cuando pudo, retomó el planteamiento y me dijo, - yo te doy el dinero que necesites cada semana, nos vemos cómo ahora lo hacemos, pero solo estás conmigo, no como pareja ni nada de eso, solo así como lo hacemos actualmente a mí me pareció maravillosa la idea, le dije que sí, pero honestamente, yo todavía seguía trabajando, hasta que tuve la confianza de que Tony cumpliría su palabra, y entonces sí, decidí dejar de hacerlo, él nunca supo eso. Me sentí emocionada por este nuevo “comienzo”
Recuerdo los fines de semana en cama, platicando, viendo películas, servicio a la habitación y haciendo el amor, ¡Yeah! No voy a mentir, me enamoré al poco tiempo, perdidamente, pero creo que a todas nos ha sucedido esto, que mezclamos las cosas porque creo que finalmente es imposible ser de roca, ¿Verdad? el me exhortó a estudiar una carrera, y lo hice, aparte de apoyarme con los estudios de mis hijos.
Hablando de mis hijos, conocieron a Tony después de 10 años de estar él y yo juntos y solo por error, siempre procuré no meterlos en mis asuntos “amorosos”, un día quedó de ir por mí a mi casa y según yo, mis hijos saldrían con sus amigos pero no fue así, y llegó Tony y uno de mis hijos abrió la puerta, fue todo natural, -hola, buenas tardes, ¿Eres amigo de mi mamá?, -hola, sí, ¿está ella en casa?, -claro, pasa-.
Fue espontáneo y él nos invitó a comer a mí y a mis hijos fuera de casa, pasamos un momento ameno, mis hijos tan lindos, jamás preguntaron nada incómodo ni me juzgaron en ningún momento. Ellos sabían de él, pero nunca se los había presentado. Fue la única ocasión que hemos convivido todos juntos, y nadie la pasó mal, pero no se volvió a dar la ocasión.
Yo tenía en mi mente la idea de que nos casaríamos y formaríamos una familia juntos y ya sabes, el típico cuento de amor, nada de eso. Nunca se lo dije, traté de dejarlo guiar siempre la situación, hasta el día de hoy, y siempre ha sido así, viene lo fines de semana y la pasamos juntos, me da mi dinero semanalmente y se va. Él vive en Los Angeles, California. Las veces que no ha podido venir me deposita mi dinero prometido, siempre. Hasta el día de hoy siempre ha sido un hombre de palabra.
Y aunque mis ideas de una familia con él se esfumaron rápido y hace mucho tiempo atrás, lo que tengo hoy con él no lo cambio por nada, porque ha traído a mi vida mucha estabilidad emocional y económica, Juntos hemos vivido incontables momentos, buenos y malos, he visitado muchos lugares con él, he sonreído mucho, he llorado a veces, pero siempre es muy grato verlo.
Nunca me ha fallado, no me debe nada, ni le debo nada a él, pero hasta siento a veces, que existe cierta lealtad entre los dos, y posiblemente hemos durado tantos años porque nos vemos solo los fines de semana, y cuando nos vemos queremos disfrutarnos, lo que menos queremos es pasar mal rato. Yo no tengo idea si él tenga otra u otras mujeres, y no me interesa porque mi historia con él, todos mis momentos con él se cuentan solos. Y para mí ha sido todo tan perfecto, no pido más.
Han sido ya tantos años y yo no sé si en algún momento esto se va a terminar, pero no me preocupo, aunque no ejerzo mi profesión en ninguna empresa ni hice historial laboral, al menos sé que si él me falta un día, ya tengo mi vida resuelta, aparte que durante todos estos años considero que supe aprovechar todo lo que él me dio, tengo mi casa propia, y otra que estoy pagando aún, tengo a mis hijos estudiando en la universidad y son excelentes estudiantes, y montamos un negocio familiar hace 3 años, una linda cafetería, que para mí suerte, uno de mis hijos estudia Gastronomía y le encanta la repostería, y no es porque sea mi sangre, pero ¡Qué deliciosos pasteles hace!
Mi otro hijo estudia Diseño gráfico y yo tengo mi carrera en contaduría. Parece que todo se acomodó a nuestro modo, y curiosamente nada fue planeado, con respecto a nuestro negocio familiar, no sé si haya sido posible sin la presencia de Tony en nuestras vidas, honestamente, él hizo nuestras vidas más fáciles y más tranquilas, estaré eternamente agradecida con él por ello.
No sé si este tipo de “acuerdos” tenga una fecha de expiración o una regla determinada con respecto al tiempo, pero en mi caso muy personal ya han sido tantos años, que me siento muy segura aquí, así con él. Se convirtió en parte importante de mi vida, en todos estos años no he tenido necesidad de tener otro tipo de relación amorosa más convencional, me adapté ya a este ritmo y me gusta mucho.
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