Tácticas Infalibles Para Convertirte En Femme Fatale – sharing_sugar

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By: Valeria Sugar abril 8, 2020

Tácticas Infalibles Para Convertirte En Femme Fatale

Me gustaría describir mi experiencia Sugar Baby como una de las más grandes locuras que he hecho.

La vida está llena de sorpresas y de momentos que te pueden cambiar la percepción de la vida, sin que lo esperes, las oportunidades vienen en presentaciones muy creativas, no te imaginas cuál es cuál, mi oportunidad para tener una relación más que moderna y open mind, se llamaba Alejandra, y  tenía 47 años.

Actualmente tengo 31 años, soy editor de una revista local y columnista, sigo soltero, realmente no he aspirado nunca a formar una familia, no me cierro tampoco a la posibilidad que eso suceda algún día, y de ser así, seguramente será accidental.

Me podría describir a mí mismo como una persona más que sociable, no hay día que no conviva con mis amistades de trabajo, o amistades que he recogido de otros lados en mi trayecto por esta vida; soy muy sonriente, alegre y el amigo que siempre está presente cuando se le necesita, y aunque suelo ser un libro abierto la mayor parte de las veces, había tenido un secreto sexual y amoroso que por alguna razón, había guardado únicamente en mi memoria, pero decidí compartirlo hoy.

Compartiendo copas y cigarros en una de mis tantas reuniones sociales, cuando tenía 18, cuando todos se habían marchado del lugar, quedamos solos la chica que me gustaba y yo, ella tenía mi edad y teníamos algún tiempo coqueteando, ya sabes, el típico flirteo.

Nos fuimos a una habitación de la casa en cuestión, y así con nuestros cuerpos embriagados, literalmente, comenzamos a besarnos y a subir el nivel de la intención cada vez más, poco a poco. Ni remota idea de que había alguien observando.

De repente entró en escena otra chica, la mejor amiga de mi acompañante en turno, creo que ella estaba igual de ebria, ya que se unió a nuestra recién comenzada fiesta privada; yo traté de complacer a ambas chicas lo más que pude, y puedo hasta decir que “la peda se me bajó” de la impresión, me atrevo a decir que este es el sueño de casi la mayoría de los hombres: dos chicas hermosas dispuestas a compartir la intimidad contigo al mismo tiempo, ¡de película!

El jugueteo fue muy bien, de hecho, repetimos en el estado de sobriedad en otras dos o tres ocasiones, fueron increíbles. Pero si pensar que la espectadora anónima que después dejó de ser anónima y se unió al acto, era mucho pensar, nunca podría haber imaginado que hubo una tercera observando a distancia. La protagonista de mi historia era la prima mayor de una de las chicas con las que estuve.

Al día siguiente, cuando me encontraba trabajando, (era barista en una cafetería cerca de la universidad), llegó un rostro que me pareció conocido desde que la vi, una mujer muy atractiva que me habló por mi nombre y era evidente que ella sí me conocía, le regresé el saludo amablemente sin saber exactamente quién rayos era, me dijo que era la tía de Vanessa, y me pidió un café. Alejandra era una mujer con una personalidad tan arrolladora e imponente que solo se consigue con los años.

Me preguntó qué tal había estado la fiesta de anoche, yo no sabía que estábamos en su casa en el momento de la fiesta, sino hasta que en esa charla superficial y sin aparente importancia, la señora atractiva me dijo que le había prestado su casa a su sobrina. - ¡Oh ya veo! Pues muchas gracias por habernos permitido tener diversión en sus aposentos-, le dije sarcásticamente, a lo que ella sonrió.

Me dijo tan bella y descaradamente: -supongo que, de todos los presentes en esa fiesta, fuiste tú el que tuvo más diversión. ¿Te gustaron esas dos chicas? -. Quedé en shock, no podía procesar fácilmente lo que acababa de oír, ¿cómo era posible que esta mujer tan atractiva y aparentemente seria, nos había visto?

De repente experimenté una serie de preguntas relámpago, una tras otra, mientras estaba a espaldas preparando su café, sentí todo a la vez, porque fue tan inesperada la pregunta, que incluso experimenté un poco de excitación al recordarlo y al haber sido cuestionado abruptamente por esa mujer que estaba sentada detrás mío.

Fui testigo de una transformación femenina, de recatada a bomba sexual, porque al voltear para responder, con todo mi nerviosismo, pude ver una mujer con una faceta diferente, tenía una cara de lujuria, incluso parecía más sexy, agarró su café y me dijo, -te pago al rato, pasa a mi casa, ya sabes dónde es    -. Quedé idiotizado por unos minutos, no estaba seguro de lo que había pasado.

¿A caso esta hermosa y femme fatale me había hecho una invitación a tener sexo con ella, en su casa, hoy en la noche? Tuve todo el día esa imagen dando vueltas en mi cabeza, me costó concentrarme en las actividades. Quería que llegara la hora de llegar a su casa, y todo el misterio que ella plantó en mí, me tenía ansioso.

Toqué el timbre de su casa, eran alrededor de las 8pm, no estaba seguro de lo que estaba haciendo ahí, pero mi instinto animal obedecía a la cacería. Salió con un atuendo espectacular, sexy pero no vulgar, estábamos solos, y me gustaba sentirme como un cachorro tambaleante y desprotegido a merced de una tigresa feroz. Me invitó una copa de vino, y retomamos la charla pendiente.

Fue donde me dijo que había visto todo el acto, desde principio a fin, literalmente ¡todo! Y no estoy seguro, pero recuerdo que no hablé casi para nada, ella dominó la situación en todo momento, narró algunas partes de lo ocurrido anoche, y parecía excitada con esa narrativa sexual.

Finalizó diciendo que le había gustado, y que mis movimientos se veían muy bien practicados para alguien tan joven como yo, que le gustaría comprobar ella misma cómo se sentía estar conmigo, se me acercó, me abrió las piernas y se paró entre mis piernas, mientras yo estaba sentado en el taburete, me miró ardientemente mientras sostenía mi nunca con sus manos, y me besó larga y profundamente.

Tomó mi mano y me llevó a su habitación, la misma habitación donde había sucedido el trío, lo que esa noche ocurrió, entre ella y yo, fue realmente mejor que mi momento con las dos chicas, yo jamás había estado con una mujer mayor que yo, menos con una tan ardiente como Alejandra.

Fue sin duda el primer mejor sexo de mi vida. Me gustó sentirme intimidado y no saber qué esperar de ella. Al terminar platicamos un rato, la charla amistosa después de un buen rato de sexo.

Ella era una mujer divorciada y nunca tuvo hijos, así que tenía la libertad de alguien de mi edad, no sabía las presiones del tiempo, era autosuficiente y se la pasaba viajando la mayor parte del tiempo, por placer y por trabajo, no recuerdo bien a qué se dedicaba, solo recuerdo que tenía mucho dinero y que podía costearse una vida muy cómoda.

Hubo más encuentros como ese, lo nuestro duró algunos meses, 6 o 7 cuando mucho. Pero en ese lapso fui aprendiz de la experiencia, una mujer como ella tiene muchas cosas que enseñar en el aspecto sexual y en las lecciones de la vida cotidiana.

Muchas veces en su casa se siguieron llevando a cabo las reuniones que organizaba su sobrina, y como esta mujer increíble era voyerista, me pidió que repitiera el trío, ella a lo lejos observaría; solo ella y yo sabíamos; la primera vez que obedecí su orden me sentí un poco incómodo al inicio,

pero después entendí que estaba complaciéndola a ella y eso también me hacía sentir excitado, imaginar lo que ella sentía, era más poderoso el pensamiento de ella mirándonos ahí, que tener a las dos chicas dispuestas a todo; Alejandra estaba muy lejos de mis expectativas, hasta ahora no he conocido a alguien mejor que ella, no sólo lo digo por el aspecto sexual.

Lo digo porque ella fue una persona que me enseño que nadie tiene porqué juzgarte por tus gustos, ni por tus ideas, con ella podía platicar de cualquier tema y siempre tenía algo positivo que aportar o bien, solo me escuchaba, y me hacía sentir importante, con ella fui la persona más transparente.

Había tanta confianza entre los dos que muchas veces cuando se iba de viaje, me dejaba las llaves de su casa para que yo me quedara ahí, servía de cuidador de su casa y al mismo tiempo me divertía porque la comodidad es algo a lo que te puedes acostumbrar muy fácilmente.

Siempre me dejaba dinero suficiente para comprar comida y lo que quisiera, en su ausencia, además, de sus viajes siempre me traía algún obsequio. Fuimos muy discretos con nuestra relación, ella podía ser muy open mind, pero sabía respetar el equilibrio emocional de las personas alrededor, no quería incomodar a nadie con lo nuestro, ni dar explicaciones innecesariamente absurdas, así que en público jamás fuimos vistos, y nuestros encuentros eran casi siempre, de noche.

Recuerdo que en pasamos juntos un fin de semana entero, encerrados en su casa, viendo películas y comiendo como reyes, hubo poco sexo esa vez, la compañía fue de alta calidad, platicamos mucho, compartimos gran parte de nuestras vidas en pláticas ese fin de semana, en pijamas, digna vestimenta de momentos inolvidables.

Podía haber estado con ella sin que me diera su dinero, pero ella siempre quiso compartir conmigo parte de sus comodidades, y me decía siempre que no me fuera a enamorar de ella, porque la vida es así, tenemos que ser realistas, la diferencia de edades en la mayoría de las ocasiones representa un problema para llevar una relación formal.

Me compré mucha ropa con su dinero, incluso salía de fiesta con mis amigos y yo invitaba, tenía dinero así gracias a ella, y supongo que era muy inmaduro en ese entonces, para no haber sabido aprovechar la oportunidad que tenía de hacer algo productivo con eso.

Pero la diversión y lo bailado nadie me lo quita. Incluso a veces me prestaba su auto para salir, siempre y cuando me cuidara de que su sobrina no viera que yo lo traía, porque entonces sí se darían cuenta todos de que algo pasaba.

Trataba de complacerla y obedecer siempre a sus demandas, era grato para mi tener la capacidad de satisfacer a una mujer de esa talla. Fueron unos meses, pero con ella sentí el tiempo como si la conociera de años, y nuestras aventuras juntos eran tan extremas a veces, que parecía eterno.

Dicen que el tiempo se pasa rápido cuando la pasas muy bien, yo sentía lo contrario, es posible que mi deseo de encapsular los momentos con ella era tan fuerte que me hacía a la idea de aferrarme al tiempo, al momento.

Siempre quise más y más, era algo adictivo. Pero el tiempo de vida de esta relación llegaba a su fin, como todo en la vida. Le surgió una oferta de trabajo mejor en Australia, y no dudo en tomar la oportunidad.

Cuando me lo contó sentí una desesperanza, nostalgia y tristeza. Se iba mi persona, pero ella, como siempre tan perfecta supo decirme las palabras que consiguieron traer paz a mi mente y esperanza de que posiblemente conocería a alguien como ella o posiblemente mejor que ella.

Considero que cada persona que llega a tu vida y se vuelve especial, te dejan una lección importante, vives momentos hermosos, pero cuando es tiempo, siguen su camino, y tú deberías hacer lo mismo.

Alejandra es inigualable, perdimos comunicación, me pregunto si la volveré a ver nuevamente ¡espero que sí! la consideré una gran amiga y una amante insuperable, sería muy bello poderle contar todo lo que me ha pasado en su ausencia y saber también, qué ha sido de su vida.

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