Sugar Dating, Relaciones De Mutuo Beneficio – sharing_sugar

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By: Valeria Sugar abril 8, 2020

Sugar Dating, Relaciones De Mutuo Beneficio

¿Qué Es Sugar Dating?

Beneficios de tener un sugar daddy, ventajas de tener un sugar daddy, beneficios de un sugar daddy, ventajas de un sugar daddy, sugar daddy latinoamerica, y otros términos te diremos en este post. 

Sugar Dating  triunfa como modelo de relaciones de mutuo beneficio. Las relaciones entre los famosos Sugar Babies y Sugar Daddies que está liderada por Estados Unidos, Canadá, España y Reino Unido cobra relevancia en México y en otros países de América Latina.

Cada vez son más las mujeres jóvenes que están alcanzando sus metas y logrando sus sueños con la ayuda de un Sugar Daddy.

Viajar por el mundo, mudarte, comenzar la universidad, iniciar un nuevo negocio; estos son algunos de los beneficios que brindan estos hombres ricos que regalan dinero a cambio de compartir su tiempo con un Sugar Baby.

El éxito de las relaciones azucaradas es un hecho que no está en tela de juicio, pero está claro que la forma de manejarte en el mundo azucarado va a definir que tanto éxito y que tan beneficiado puedes llegar a verte dentro de el. Si eres Sugar Baby deberás aprender a canalizar de la manera correcta la ayuda que recibes de tu Sugar Daddy.

Sugar Baby Guanajuato

¡Hola qué tal! Me llamo Vanessa y tengo 28 años, soy originaria de Guanajuato. Soy mamá soltera, universitaria y también trabajo de lunes a viernes en mi propio negocio. Soy lo que denominan actualmente “mamá luchona”, y yo lo digo de modo sarcástico por supuesto, ya que el término me parece un poco “tonto”.

Estoy cerca de los 30 años y para ser sincera, ¡se siente muy extraño!, porque es muy distinto a como pensé que sería. No pensé nunca que la situación es un poco difícil en nuestro país, ahora entiendo a mis padres en muchos sentidos, esa es, por mencionar, una de las cosas raras de esta edad: empezar a entender a los adultos, ¡Oh sorpresa! Ya eres adulto también.

Siempre fui muy soñadora del amor. Cuando era adolescente pensaba en ese típico amor inesperado de las películas, ese que surge mágicamente, y en el que les pasa de todo, desde drama hasta felicidad pura, “juntos por siempre”, pero la vida me dio una probada de realidad cuando tuve a mi hija.

Las cosas no siempre salen como una espera, y ante las adversidades, tienes que encontrar el modo de salir adelante, y es complicado hacerlo sola, no digo que sea imposible, pero cuesta adaptarse a los cambios, la maternidad puede cambiar a cualquiera.

La probada de realidad que mencioné antes era por mi fracaso amoroso con el padre de mi hija, era un chico de mi edad, teníamos 20 años los dos, demasiado jóvenes para ser padres. Supongo que él se haya asustado con la paternidad y huyó. Tiempo después volvió y por mi parte, no quería saber absolutamente nada de él, pero le permití acercarse a su hija, finalmente el problema era entre nosotros, la niña es libre de culpa.

Y fue cuando entendí que el romance de las películas pues no existe, al menos no, así como lo exponen, más adelante entendí que puede llegar a suceder con algunas modificaciones, pero con el paso del tiempo la madurez te ayuda a darle otro enfoque a la vida, bien dicen que cada quien habla de la feria como le va en ella. Encontré el modo de disfrutar del romance tras las decepciones amorosas de colegiala.

Así Fue 

Yo trabajaba en un hotel en la ciudad de Cancún, estuve viviendo en esa ciudad más o menos 4 años, era recepcionista bilingüe, y mi madre se había ido conmigo, para las dos era una especie de aventura y nos apoyábamos mutuamente, siempre hemos sido muy cercanas y cuando papá falleció, la invité conmigo, y fungía como niñera-abuela de día y madre por las noches cuando yo llegaba del trabajo, teníamos buenas charlas antes de dormir.

Me había portado bien durante mucho tiempo, pero por alguna razón, tal vez la misma naturaleza humana tocó a mi puerta, y me ganaron las ganas de tener compañía del sexo opuesto. ¡Me faltaba el calor humano! Y comencé a salir los fines de semana, y antes que nada debo aclarar un detalle, sí le pagaba a mi mamá por su tiempo de niñera. Nunca me ha gustado deberle nada a nadie.

Entonces, cuando estaba de antro, conocí a algunos hombres, me divertí a lo grande, y cualquiera que haya estado en un antro de Cancún un fin de semana, ya sabe de lo que hablo. Me sentía bien, estaba recuperando el tiempo “perdido”.

En una de esas noches de locura conocí a un señor de 55 años, un canadiense muy alegre, que hablaba muy bien el español, por cierto. Fue la mejor compañía que había tenido en mucho tiempo. Bailamos hasta más no poder. Y entre plática salió a relucir que se estaba hospedando en el hotel donde yo trabajaba, por lo que me lo volvería a encontrar muy pronto sin duda.

Él venía a México muy seguido porque tenía una empresa aquí y tenía que venir a supervisar sus negocios. No me involucré mucho en los detalles de su profesión, me enfoqué más en su generosidad y con ello me refiero a su dinero, fue muy esplendido desde el inicio.

Cuando nos encontramos nuevamente en el hotel fue como dos grandes amigos que se conocían de hacía muchos años atrás, claro que había cierta atracción que se respiraba en el aire; a mí me gustan los hombres mayores desde hace mucho tiempo y sobre todo inteligentes.

Desde el comienzo todo fue muy claro, ambos expusimos los deseos y lo que esperábamos el uno del otro. Por lo que nunca hubo complicaciones en nuestro acuerdo. Se ofreció a pagar mis gastos a cambio de mi compañía como pareja ocasional, y así fue como fuimos dando paso a este asunto de ser sugar daddy / sugar baby.

Mi sugar daddy venía a México cada 3 meses, y permanecía algunas semanas a veces un mes entero aquí, por lo que el tiempo juntos era muy bueno y de calidad. Lo que siempre me gustó de Joe fue que a pesar de estar lejos siempre me enviaba mi dinero, como había quedado al inicio.

En el acuerdo estableció que pagaría mis gastos, siempre el estimado era de $4,000 pesos a la quincena, pero él siempre me daba más que eso, a veces hasta $20,000 pesos a la quincena. Sin contar que cuando estábamos juntos me compraba cosas y viajábamos al menos un fin de semana a cualquier lugar en México o Latinoamérica, con él conocí el resto de este continente, fueron increíbles los viajes en su compañía.

Fuimos muy cercanos todo el tiempo, y yo me sentía protegida con su presencia, porque sabía que cualquier inconveniente que se presentara él me apoyaría de la manera que fuera, sea lo que sea poder contar con una persona incondicionalmente, trae paz mental a cualquiera.

Joe fue mi primer Sugar Daddy y aunque yo era nueva todo esto, no fue nada difícil aprender el modus operandi de las relaciones de ese tipo. Aparte supongo que, de cierto modo, él fue quien dirigió la relación por el camino correcto.

Cuando llegó el tiempo de cerrar con nuestro ciclo juntos, quedamos en buenos términos, siempre cordialmente y siempre con respeto. Cada uno siguió sus caminos, y no diré que no sentí nada, claro que dolió un poco, pero ya cuando eres madre y tienes prioridades más grandes en la vida, no te puedes dar el lujo de caer, e incluso si quieres, no tienes el tiempo para hacerlo. De momento ya le había sacado el mejor provecho a ese gran hombre.

Relaciones Mutuamente Beneficiosas

Pasaron 5 meses tal vez, cuando conocí a otro sugar daddy, esta vez sí busqué la situación, ya tenía la buena experiencia del anterior, quería intentar nuevamente este tipo de relación, y fue igual muy buena, aparte ya sabía cómo sobrellevarla y cuáles son las reglas importantes para seguir.

Esta ocasión duró un poco menos porque la persona con la que empecé a salir solo estaba temporalmente en Cancún, por cuestiones laborales y regresaría a USA en 6 meses, así que teniendo en cuenta el tiempo estimado, puse en marcha el plan de lo que haría con su apoyo.

Para ese entonces tenía en mente cursar algunos diplomados que me servirían para mi desempeño laboral y en el área independiente, porque tenía la idea de poner un spa en esa época, pero no lo hice, cambiaron mis planes, como sea doy unos masajes increíbles, y aparte tomé lecciones de inglés y francés, todo eso lo pagué con el dinero que Ben me daba.

Sugar Baby en Tijuana

Actualmente estoy saliendo con un hombre de 40 años, llevamos conociéndonos apenas 2 meses, me mudé de ciudad, ahora radico en Tijuana porque escuché maravillas de este lugar y vaya que las buenas lenguas tenían razón. Regresé a la universidad, pude validar las materias que ya tenía sin tener que empezar de cero, planeo prepararme más en la vida, porque tengo una gran responsabilidad con mi hija.

De estos escasos dos meses frecuentándome con Jacob puedo decirte que la he pasado muy bien. El pasado fin de semana me quedé en su departamento en San Diego. Ya nos tenemos un poco de confianza para hacer esto y se siente bien, también salimos de paseo y cosas de pareja.

Estoy muy satisfecha con las relaciones de azúcar, en mi experiencia personal han sido las mejores que he tenido, no hay falsas esperanzas, no hay pretensiones absurdas, todo es muy claro desde el momento de dar marcha y esto influye mucho en la construcción de la confianza en la relación. Tengo planes en mi vida y creo que hasta el momento lo he sabido llevar bien, y estoy segura de que sin estos hombres que han pasado por mi vida de esta manera, no estaría a donde estoy actualmente, cada sugar daddy ha sido de gran ayuda para mis proyectos.

Me faltan solo 9 meses para terminar mi carrera y titularme, ya cubrí todas las colegiaturas con el dinero que Jacob me da. Mi negocio marcha bien, es una boutique de ropa americana de segunda, tengo a una persona que se encarga de atender yo no estoy ahí de tiempo completo, me ha sido suficiente el dinero que él me da. Puedo pasar tiempo con mi hija y dedicarme bien a la universidad.

La casa que tengo en Cancún la estoy rentando y mi madre vive cerca, ella está al tanto de ese asunto. Ese ya es un ingreso extra que tengo y más adelante, sé que no ahora, pero espero que en unos pocos años pueda emprender otro negocio, después de titularme.

A Jacob lo veo cada semana, viernes y sábado, y en algunas ocasiones se supone que viajemos juntos. Él tiene una empresa y mi nombre aparece en su nómina, así evita el gesto de darme dinero físicamente, este solo aparece reflejado en mi cuenta bancaria y podemos simular que no sucede, para darle un toque sutil a lo nuestro.

Me quedo con las relaciones de azúcar porque he satisfecho mis necesidades en ellas. Es divertido y confiable, no hay engaños y todos salen ganando siempre.

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